Canciones y Villanescas espirituales de Francisco Guerrero
Sin duda «Canciones y Villanescas espirituales, de Francisco Guerrero, maestro de capilla y racionero de la Santa Iglesia de Sevilla a tres, y a quatro, y a cinco bozes» figura como uno de los legados más atractivos del renacimiento musical español. Francisco Guerrero (Sevilla, 1528-99) escribió durante su juventud un indeterminado número de canciones profanas que él mismo pensó publicar, pero al cabo de los años y tras su viaje a Tierra Santa no autorizó su edición al considerarlas poco morales. Sólo accedió a publicarlas con la condición de que estas composiciones se convirtiesen a lo divino. La colección, impresa en Venecia en 1589, contiene veinte de estas composiciones, dieciocho de las cuales hubieron de ser transformadas a lo divino variándose los textos profanos por otros de temática religiosa, siendo al parecer el propio Guerrero el encargado de esta tarea. En las otras dos obras de juventud escogidas mantuvo los textos originales por encontrar que no estaban tan alejados del espíritu religioso. Las otras cuarenta y una piezas que aparecen en la obra fueron compuestas especialmente para la ocasión. La transmutación personal y musical de lo profano a lo divino que se aprecia en el compositor sevillano pudo deberse no sólo a su visita a Jerusalén en 1588, viaje que puede considerarse como uno de los acontecimientos más trascendentales de su vida, sino también a la fuerte influencia de la Contrarreforma en España. De este modo, las villanescas profanas y espirituales de F. Guerrero comparten en esencia todo, estando la línea divisoria entre unas y otras tan sólo en unas pocas palabras. Se aprecia en ellas una utilización similar de los recursos compositivos, la misma combinación exquisita de polifonía y homofonía, la fiel intención de plasmar en sonido el verbo escrito, una misma poesía evocadora y descriptiva… Sorprende cuán cerca quedaban los parámetros del amor carnal y del amor místico, de lo terrenal y lo espiritual, de lo humano y lo divino. una Estraña muestra d’amar.
Programa
Primera parte
Estraña muestra d’amar
En tanto que de rosa
Es menester que se acierte
Adiós, verde ribera
Todo cuanto pudo dar
Pastor, quien madre virgen
Claros y hermosos ojos
Segunda parte
O celestial medicina
La tierra s’está gozando
Quand’os miro, mi Dios
Si tus penas no pruevo
Huyd, huyd
La luz de vuestros ojos
Baxóme mi descuydo